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Factores de riesgo de partos pretérmino en el
Hospital Francisco de Orellana
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Cómo citar este artículo:
Flores, N., & Caicedo, J. (Enero – Diciembre de 2024). Factores de riesgo de partos pretérmino en el Hospital Francisco de Orellana. Horizontes de Enfermería 14, 91-102. https://doi.
org/10.32645/13906984.1301
Introducción
El parto a término antes de las 37 semanas de gestación es una condición clínica compleja
con consecuencias importantes, tanto para la madre como para el recién nacido. Así, las
complicaciones asociadas con el parto pretérmino, incluidos el síndrome de dicultad
respiratoria, la sepsis neonatal, el bajo peso al nacer, la ictericia neonatal y la asxia, han atraído
la atención de organizaciones de salud mundiales como la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y Organización Panamericana de la Salud (OPS) coincidiendo en que se requieren de
medidas preventivas y estrategias de gestión efectivas.
La preocupación sobre la salud de las madres y de los niños, en todo el mundo, está
respalda por cifras impactantes. Cada día, aproximadamente 1.500 mujeres pierden la vida
debido a complicaciones relacionadas con el embarazo, el parto o el posparto. En América
Latina y el Caribe, la incidencia de muertes maternales y neonatales se estima en un promedio
de 130.000 muertes por cada 100.000 nacidos. (OMS, 2023).
La complejidad de este problema se reeja en la variedad de factores de riesgos asociados
con el parto prematuro. Entre estos factores están los siguientes: nacimientos prematuros,
embarazos múltiples, embarazos en la adolescencia, enfermedades crónicas como la hipertensión
y la diabetes, y la rotura prematura de membranas. Los factores antes mencionados, son
inherentes y no pueden modicarse. Sin embargo, otros como el tabaquismo, el consumo de
alcohol, el uso de drogas, el estrés, la preeclampsia y la restricción del crecimiento intrauterino
son modicables y aumentan la necesidad de medidas preventivas (Huertas Tacchino, 2018).
A nivel global, la OPS estima que alrededor del 11 % de los nacimientos ocurren
prematuramente, con notables variaciones regionales, siendo del 5 % en áreas de Europa y
del 18 % en zonas de África. Este porcentaje se traduce en aproximadamente 15 millones
de nacimientos prematuros anuales. Por esta razón, destaca la necesidad de estrategias
diferenciadas para la prevención y el manejo, adaptadas a las distintas etapas gestacionales
y considerando las condiciones especícas de cada región. De estos nacimientos prematuros,
el 84 % ocurre entre las 32 y 36 semanas de gestación, el 10 % se produce entre las 28 y 32
semanas, y el 5 % tiene lugar antes de las 28 semanas de gestación (OPS y Ministerio de Salud
de Uruguay, 2019).
Considerando proporciones, entre el 70 % y el 80 % de los nacimientos prematuros son
de naturaleza espontánea. Esto puede ocurrir debido a un inicio prematuro del trabajo de parto,
siendo aproximadamente entre el 40 % y el 50 %; también puede atribuirse a la rotura prematura
de las membranas, en porcentajes que van del 20% al 30%. Por otro lado, entre el 20% y el
30% restante de los nacimientos prematuros resultan de complicaciones materno-fetales, que
representan un riesgo para la salud tanto de la madre como del feto. Entre estas complicaciones
se incluyen la preeclampsia eclampsia, condiciones médicas maternas concurrentes, placenta
previa, desprendimiento de placenta, restricción del crecimiento intrauterino y embarazos
múltiples (Organización Panamericana de la Salud y Ministerio de Salud de Uruguay, 2019).
En el contexto ecuatoriano, en el año 2019 los partos prematuros alcanzaron el 11,7
% (Rodríguez, 2019); por otra parte, se menciona que estos casos han generado diversas
situaciones, un 26 % padecen de infecciones severas, 23 % asxia neonatal y bajo peso al
nacer, es decir <2.500g. Lo antes mencionado se asocia con trastornos del embarazo, pobreza,
falta de educación, entre otros factores de riesgo. En Quito, en el Hospital Pablo Arturo Suárez