Introducción
En las últimas décadas en el mundo se ha evidenciado un cambio en el comportamiento de
los turistas, los cuales buscan explorar destinos donde la cultura local, lo étnico, las costumbres
autóctonas, y la herencia histórica adquieren cada vez más importancia [1]. Las actividades
ecoturísticas han tenido un auge en los últimos tiempos, y hoy en día, muchos países plantean llevar
esta actividad de manera sostenible [2], en vista de que genera ingresos económicos, promueve la
conservación ambiental, y favorece la cultura ecológica en los visitantes. De esta forma, el manejo
del ecoturismo debe tener un marco de planificación integral [3] que incluya a los visitantes, la
conservación de los ecosistemas objeto de turismo, la calidad recreativa y la comunidad.
El desarrollo turístico sostenible va indisolublemente ligado al concepto de capacidad de
carga o capacidad de acogida [4], dicho concepto significa el nivel máximo de visitantes que un
área determinada puede soportar con el menor impacto ambiental y el mayor nivel de satisfacción
posible para sus usuarios [5].
Según [6], existen tres tipos de capacidad de carga medioambiental aplicados al turismo: la
ecológica, la paisajística y la perceptual. La primera se refiere a la cuantificación de la intensidad
de uso, la segunda alude a la capacidad de absorción de visitantes por un paisaje sin que suponga
la pérdida de su recreativo, y la última, se conceptúa como el límite de tolerancia psicológica frente
a la presencia de visitantes, tanto por los residentes en el lugar como por los mismos visitantes,
tanto por los residentes en el lugar como por los mismos visitantes [4].
[7] menciona, la capacidad de carga turística se constituye en un instrumento de gestión
para el ecoturismo, ya que de su determinación depende la calidad de la experiencia recreativa, se
evita la degradación de los recursos naturales, y se constituye en herramienta para mantener el
equilibrio ecológico.
En la Comunidad de Guananguicho, situado a 2968 m.s.n.m. presenta en el recorrido de su
sendero lineal una importante presencia de especies de flora como: ciprés (Cupressus montano),
pumamaqui (Oreopanax ecuadorensi), vicundo (bromelia), chuquiragua (Chuquiraga jussieui),
ashpa chocho (Lupinus pubescens) orquídeas (Orchidaceae); además la presencia de especies de
fauna como el oso andino (Tremarctos ornatus), pavas de monte, (Penelope montagnii) cara cara
(Phalcoboenus carunculatus) , tangaras (Thraupidae), colibríes (Trochilidae), especies de anfibios,
cascadas y una laguna estacionaria entre otros atractivos naturales importantes de la zona. En el
trayecto existe la presencia de vertientes de agua, debido a la presencia del páramo andino, dando
como resultado hermosos paisajes para el disfrute de sus visitantes.